jueves, 10 de marzo de 2016

Historias



Estaba inmóvil, no escuchaba nada a mi alrededor pero estaba consciente de que mi cuerpo descansaba en una cama, mi conciencia me hablaba pero no podía abrir los ojos, sentía dolor al intentarlo.

No recuerdo porque estoy así.  Recuerdo que preparaba cena, estaba apurada por terminarla antes de que llegara mi esposo, no quería que se molestara. No le gusta que lo incomode.

Oigo pasos, alguien se acerca, abren una puerta, quiero hablar pero no puedo.

-Doctor, la paciente sigue sin despertar, y no se ha movido. -Escuche que alguien dijo. Soy una paciente? Qué me pasó?.

-Tenemos que esperar- Contestó un hombre. -Tiene golpes muy graves y tiene mucha inflamación, Dios tenga misericordia. -Y tras un breve silencio se alejaron.

Quiere decir que estoy herida? Estoy en un hospital, lastimada... Por qué?

                                                                   ***

Estoy alerta, creo que me quedé dormida. Ahora sé que pasa, fui lastimada, pero esta vez gravemente.  Mi esposo se molestó por una tontería con la cena y su ira, como de costumbre, fue descargada contra mi. Le perdonaba por amor, y el me lastimaba por que era su forma de corregirme.

Siempre callé por amor. Pero ahora, tarde, me doy cuenta que me falte a mi misma, no me valoré ni me amé a mi misma.

Quise cambiar la conducta de un hombre agresivo y estoy postrada. Ojalá Dios me permita levantarme.

                                                                 ***

Hoy querida amiga, estoy de pie. Y quiero que tu no esperes lo peor para despertar, para liberarte de agresiones y ofensas. Rompe el silencio.

---Autor: Alegna R.

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